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Cárteles mexicanos estrechan colaboraciones para optimizar el tráfico de drogas, advierte la DEA

  • guizarnoehmi
  • hace 9 horas
  • 3 Min. de lectura


Un nuevo informe señala que organizaciones delictivas en México han establecido acuerdos tácticos para compartir rutas, laboratorios y logística, incrementando su capacidad operativa.


La Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) alertó sobre una red de colaboraciones entre distintos grupos del crimen organizado en México. De acuerdo con su National Drug Threat Assessment 2025, al menos seis organizaciones han desarrollado alianzas no formales que les permiten intercambiar infraestructura, proteger cargamentos y expandir sus operaciones en el país y hacia Estados Unidos.


Aunque estos grupos han sido rivales históricos, el documento destaca que han encontrado puntos de interés común para operar de forma coordinada, especialmente en el tráfico de fentanilo, metanfetamina y cocaína.


Colaboraciones destacadas

Una de las posibles alianzas más significativas es la del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con “Los Chapitos”, facción del Cártel de Sinaloa (CDS). Este vínculo habría surgido tras la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, lo que agudizó tensiones internas entre facciones del CDS. El informe sugiere que esta colaboración busca ampliar territorios, compartir recursos y obtener mayor influencia.


También se documenta una relación funcional entre “Los Mayos” del CDS y el Cártel del Noreste (CDN), en la cual se facilita el trasiego de drogas a través de rutas controladas por el Sinaloa. La DEA aclara que no se trata de una fusión, sino de un esquema logístico mutuamente conveniente.


En Tamaulipas, el CJNG mantiene una alianza operativa con “Los Metros”, grupo del Cártel del Golfo. Esta colaboración ha permitido al CJNG acceder a zonas clave de cruce fronterizo y al puerto de Altamira, usado para el ingreso de precursores químicos.


Actividad en el Pacífico y otras regiones

En la región del Pacífico, la Nueva Familia Michoacana (LNFM) ha establecido acuerdos con diversos grupos, incluyendo el CJNG, el CDS y el Cártel del Golfo. El objetivo es asegurar el control de puntos estratégicos como el Puerto de Lázaro Cárdenas, clave en la importación de sustancias químicas y el transporte de droga.


Además, se registran intercambios logísticos y uso compartido de infraestructura dentro de Estados Unidos, como casas de seguridad y centros de distribución, utilizados por distintas organizaciones en diferentes momentos.


Por otro lado, Cárteles Unidos —integrado por células locales como Los Viagras y remanentes de los Caballeros Templarios— mantiene un bloque de resistencia frente al avance del CJNG en la región de Tierra Caliente. Esta coalición opera principalmente en Michoacán, con rutas que conectan los puertos del Pacífico con el centro y norte del país.


Redes internacionales y nuevas modalidades

Más allá de estas alianzas internas, la DEA también identifica colaboraciones con redes de lavado de dinero en Asia y con grupos armados en Centroamérica. Estas conexiones permiten ampliar el alcance del narcotráfico y facilitar el movimiento de ganancias.

Uno de los casos más relevantes ocurrió en septiembre de 2024, cuando la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) sancionó a empresas ligadas al CJNG por su participación en el contrabando de hidrocarburos. Esta operación incluyó también la participación de otros cárteles, como parte de un esquema de lavado de dinero en mercados legales.


Un modelo delictivo adaptable

El informe concluye que las estructuras criminales en México han adoptado un modelo flexible, que privilegia las colaboraciones temporales para reducir riesgos y maximizar beneficios. Estas dinámicas representan un reto para las autoridades, ya que dificultan la identificación de fronteras claras entre grupos y permiten una mayor resiliencia ante acciones de seguridad.

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