El gobierno de Venezuela calificó como "piratería" la incautación de un avión que solía usar el presidente Nicolás Maduro, llevada a cabo por Estados Unidos en República Dominicana. La aeronave fue confiscada debido a que, según las autoridades estadounidenses, fue comprada ilegalmente por 13 millones de dólares a través de una empresa fantasma y sacada de contrabando desde EE.UU. para el uso de Maduro.
En respuesta, el gobierno venezolano emitió un comunicado a través del canciller Yván Gil, denunciando la acción como ilegal y acusando a EE.UU. de utilizar su poder económico y militar para presionar a otros países, como República Dominicana, para que colaboren en sus "actos delincuenciales".
Esta incautación ocurre poco después de las elecciones en las que el Consejo Nacional Electoral proclamó a Maduro como ganador, aunque la oposición asegura que el verdadero ganador fue su candidato, Edmundo González Urrutia. La situación añade tensión a las ya complicadas relaciones entre Venezuela y Estados Unidos.
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