La autopista Xalapa-Perote fue escenario de un nuevo accidente vial que dejó al conductor de un tractocamión atrapado en su cabina y a decenas de pobladores aprovechando la situación para llevarse la carga de abarrotes que transportaba. El percance ocurrió este martes a la altura del kilómetro 134, un tramo conocido por su alta incidencia de accidentes, muchos de los cuales terminan de la misma forma: con rapiña.
Según los primeros reportes, el tractocamión volcó debido a la velocidad con la que circulaba y a la presencia de un líquido resbaloso sobre la carretera, que, de acuerdo con testimonios, podría haber sido vertido intencionalmente. Mientras el operador, atrapado entre los fierros, pedía ayuda, los pobladores de la comunidad de El Fresno, en Tlacolulan, se apresuraron a recoger los productos esparcidos en la vialidad, sin importar la gravedad del accidente o el estado del conductor.
El rescate no fue sencillo. El conductor permaneció atrapado por más de una hora, tiempo durante el cual los paramédicos de EMS y SUREM enfrentaron una fila interminable de vehículos que dificultó su llegada al sitio. Una vez allí, hicieron todo lo posible por liberarlo y brindarle atención médica, reportándolo como estable al momento, aunque permanecerá bajo observación.
El caos se extendió por horas. La circulación fue cerrada en ambos sentidos, generando un severo congestionamiento vehicular que solo se alivió después de las 6:00 de la mañana, cuando las autoridades finalmente reabrieron el paso hacia Puebla. Pero el accidente volvió a poner sobre la mesa un problema que los transportistas han denunciado una y otra vez: la posible colocación intencionada de sustancias resbalosas en la carretera para provocar estos percances y facilitar la rapiña.
En esta zona, los accidentes de camiones de carga son frecuentes, con al menos un incidente similar cada semana. Para algunos habitantes, la rapiña se ha convertido en parte de su realidad diaria. Mientras tanto, los conductores que transitan por esta autopista viven con el temor constante de convertirse en víctimas, no solo de un accidente, sino también de una práctica que parece no tener freno.
Hasta ahora, las autoridades no han emitido una declaración oficial ni han confirmado si se investigará lo ocurrido. Pero para muchos, esta situación ya no es sorpresa, sino un recordatorio de los riesgos que enfrentan cada vez que toman el volante en una carretera donde el peligro no siempre viene solo de la velocidad o las condiciones climáticas, sino de quienes ven en la tragedia una oportunidad.
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