Un satélite ruso que ya no estaba operativo se fragmentó en más de cien piezas en órbita, lo que llevó a los astronautas de la Estación Espacial Internacional a refugiarse durante aproximadamente una hora. Esta situación se suma a la creciente cantidad de basura espacial que orbita la Tierra, según informaron las agencias espaciales estadounidenses.
Las autoridades estadounidenses no proporcionaron detalles inmediatos sobre la causa de la ruptura del satélite de observación de la Tierra RESURS-P1, que Rusia había declarado fuera de servicio en 2022. El Comando Espacial de Estados Unidos, encargado de rastrear el enjambre de escombros espaciales, afirmó que no hay una amenaza inmediata para otros satélites.
El incidente ocurrió en una órbita cercana a la Estación Espacial Internacional, obligando a los astronautas estadounidenses a bordo a refugiarse en su nave espacial durante aproximadamente una hora, según la NASA. Roscosmos, la agencia espacial rusa responsable del satélite, no ha respondido a las solicitudes de comentarios ni ha reconocido públicamente el incidente en sus plataformas de redes sociales.
La fragmentación del satélite ocurrió a una altitud de aproximadamente 355 kilómetros en la órbita terrestre baja, una región concurrida por miles de satélites de diversos tamaños, incluyendo la extensa red Starlink de SpaceX y una misión china con tres astronautas a bordo.
"Debido a la órbita baja de esta nube de escombros, estimamos que pasarán semanas o meses antes de que se reduzca el peligro", dijo LeoLabs en un comunicado a Reuters.
Actualmente, hay cerca de 25,000 fragmentos de basura espacial mayores de 10 centímetros en órbita, originados por explosiones o colisiones de satélites. Esto ha generado preocupaciones sobre la posibilidad de un "efecto Kessler", un fenómeno en el que las colisiones entre satélites y la basura pueden generar más desechos peligrosos, aumentando exponencialmente el riesgo de colisiones en el espacio."
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