
En su regreso a la Casa Blanca, Donald Trump dejó claro que su administración pondrá la migración en el centro de sus políticas. Su primer discurso como presidente marcó el inicio de una serie de decisiones que ya están generando controversia en ambos lados de la frontera.
Trump firmó una declaración de "emergencia nacional" para reforzar la frontera sur con México, argumentando que la soberanía de Estados Unidos está en peligro. Según la orden ejecutiva, el flujo de drogas, pandillas y migrantes sin antecedentes revisados representan una amenaza para los estadounidenses. Esta medida permitirá canalizar recursos para militarizar la frontera, reanudar deportaciones masivas y reinstaurar políticas como el programa "Quédate en México".
El impacto de estas decisiones es inmediato. La política de "captura y liberación", eliminada en el mandato anterior de Trump, será sustituida por la devolución de solicitantes de asilo a México mientras esperan resolución. Esto afectará a miles de migrantes que buscan entrar a Estados Unidos, dejando escenas de desesperación en ciudades fronterizas como Tijuana. La cancelación del sistema CBP One, que agendaba citas para ingreso legal, dejó en el limbo a más de 270,000 personas.

Entre las medidas más polémicas destaca la militarización de la frontera con tropas de la Guardia Nacional y la promesa de continuar la construcción del muro fronterizo. Además, Trump anunció un endurecimiento en las acciones contra ciudades santuario como Nueva York y Chicago, donde podrían aumentar las deportaciones de migrantes indocumentados.
Organizaciones de derechos humanos ya han reaccionado con indignación. Grupos como la ACLU han demandado al gobierno por la eliminación de la ciudadanía automática por nacimiento, una medida que consideran inconstitucional. Otros critican el uso de términos como "organizaciones terroristas" para referirse a pandillas y carteles, temiendo que esto sirva como pretexto para una posible intervención militar en México.
Las decisiones de Trump no solo polarizan a los estadounidenses; también aumentan la tensión con México. Migrantes como Oralia, quien huyó de la violencia en su pueblo junto con su hijo, ven cómo sus sueños de cruzar la frontera se desmoronan. "Espero que Dios le ablande el corazón", expresó entre lágrimas, reflejando el sentir de miles atrapados en una espera interminable.
En su regreso a la política, Trump apuesta por un discurso duro y decisiones drásticas que ya están transformando la dinámica migratoria en la región. Pero con una oposición lista para dar batalla, las próximas semanas prometen estar llenas de tensiones y desafíos legales.
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