Keir Starmer se comprometió a llevar al Reino Unido hacia "un periodo de estabilidad", después de 14 años de gobierno conservador marcado por la turbulencia, en su primer discurso como nuevo primer ministro británico. "Si les preguntara ahora si creen que el Reino Unido será mejor para sus hijos, sé que muchos de ustedes responderían que no", afirmó, prometiendo trabajar "hasta que recuperen la confianza". Starmer declaró que su Gobierno intentará "desafiar, en silencio, a aquellos que han perdido la fe en nuestro país". "Hemos recibido un mandato claro y lo utilizaremos para impulsar el cambio, restaurar el servicio y el respeto en la política, poner fin a la era de estridencias, mejorar sus vidas y unificar a nuestra nación", expresó Starmer. Aseguró que las cuatro naciones del Reino Unido seguirán unidas para enfrentar "los desafíos de un mundo incierto, comprometidas con una reconstrucción tranquila y paciente".
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