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Tragedia en Durango: ritual con veneno de rana cobra la vida de una mujer


Marcela Alcázar Rodríguez, actriz duranguense reconocida por su participación en cortometrajes digitales, perdió la vida tras asistir a un retiro espiritual en Durango como parte del diplomado “Formación de Sanadores”. Durante este evento, realizado en el Centro Moyocoyani, se llevó a cabo un ritual que incluía la aplicación de Kambó, una sustancia derivada del veneno de la rana Phyllomedusa bicolor, conocida por su uso en ceremonias de “medicina ancestral”.


El procedimiento implicaba quemar la piel con un palo caliente antes de aplicar la sustancia en las heridas. Poco después de recibirla, Marcela comenzó a experimentar vómitos y diarrea severa. Aunque manifestó su intención de abandonar el lugar, los organizadores le negaron el permiso, según testigos. Su acompañante logró salir del recinto y buscar ayuda, pese a las advertencias de no divulgar lo ocurrido.


Finalmente, la actriz fue trasladada a la Cruz Roja, pero falleció poco después de su ingreso. Jonathan Fernando Durán, señalado como el responsable de aplicar la sustancia, huyó tras el incidente y presuntamente abandonó el estado.

La Fiscalía General del Estado de Durango ya ha iniciado una investigación y ordenó una necropsia para determinar las causas precisas del deceso. Por su parte, el Centro Moyocoyani, donde se realizan ceremonias similares con ayahuasca, hongos y sapo, quedó en el centro de la polémica.


El Kambó, una secreción utilizada por comunidades indígenas en Sudamérica, contiene sustancias como deltorfina y dermorfina, que actúan como agonistas opioides. Se cree que mejora los sentidos y proporciona vigor, pero su uso conlleva riesgos graves, especialmente fuera de un contexto controlado.


Este caso ha generado un llamado de atención sobre el uso de estas prácticas, cuestionando la supervisión y los protocolos de seguridad en los retiros espirituales que las ofrecen.


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