

San Antonio, Texas. SpaceX llevó a cabo con éxito la sexta prueba del Starship, el cohete más grande jamás construido, desde su base en Boca Chica, Texas. Bajo la atenta mirada de Elon Musk, consejero delegado de la empresa aeroespacial, y del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, el despegue ocurrió a las 16:00 hora local (22:00 GMT) y marca un hito en la carrera espacial privada.
El objetivo principal de esta prueba fue ampliar las capacidades del Starship y sus propulsores, acercándose a la reutilización completa del sistema, un avance clave para las misiones a la Luna y Marte. SpaceX busca consolidarse como el primer servicio privado en establecer colonias permanentes fuera de la Tierra, una visión defendida por Musk y considerada viable para el futuro de la exploración espacial.

Durante el vuelo, la compañía intentó capturar la primera sección propulsora del cohete utilizando los brazos de la torre de lanzamiento. Sin embargo, optaron por un amerizaje en el océano tras abortar este intento, según las imágenes transmitidas en vivo el martes.
Esta nueva prueba del Starship reafirma el compromiso de SpaceX con su ambiciosa meta de alcanzar y habitar otros planetas, posicionándose como líder en innovación tecnológica dentro de la industria aeroespacial.
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