
Por un momento, el fantasma de los aranceles amenazó con golpear el comercio entre México y Estados Unidos, y en especial al puerto de Veracruz, pieza clave en la exportación e importación del país. La advertencia de Donald Trump de imponer tarifas a los productos mexicanos encendió las alarmas en el sector empresarial, pero la presidenta Claudia Sheinbaum logró frenar la medida… al menos por ahora.
El acuerdo alcanzado con el expresidente estadounidense –y actual aspirante a la Casa Blanca– pone en pausa las tarifas arancelarias a cambio de un compromiso de México para mejorar las condiciones de seguridad en la frontera norte en un plazo de 30 días. Un respiro para la economía, pero también un reto político que pondrá a prueba la capacidad de negociación de Sheinbaum en los próximos meses.
Daniel Martín Lois, empresario de Veracruz y miembro de la iniciativa privada, celebró el acuerdo y destacó la importancia del puerto en el comercio internacional. "Veracruz juega un gran papel en la exportación e importación. Estábamos muy pendientes de la situación, porque esos aranceles hubieran sido un golpe fuerte", explicó.

El empresario también subrayó que una guerra comercial no conviene a nadie. "México y Canadá son los vecinos de Estados Unidos, y una confrontación afectaría a toda Norteamérica. No se trata de dividir, sino de construir puentes para fortalecer la región, sobre todo frente a la potencia económica que representa China".
A pesar del respiro momentáneo, el reto sigue latente. México deberá demostrar que puede cumplir con las exigencias de seguridad en la frontera si quiere evitar que el tema vuelva a la mesa de negociación. Además, con la posibilidad de que Trump regrese a la presidencia en 2025, la relación bilateral podría tornarse aún más impredecible.
Mientras tanto, en Veracruz, los empresarios confían en que el país tiene la capacidad de salir adelante. "Las épocas de crisis se superan con trabajo", asegura Martín Lois. Pero la pregunta es: ¿será suficiente para mantener a Trump a raya?
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