
El cohete Starship de SpaceX, el más grande y potente jamás construido, despegó desde la base de Boca Chica, Texas, con la promesa de una misión revolucionaria. Sin embargo, el entusiasmo duró poco. Minutos después de elevarse, la nave explotó en pleno ascenso, marcando un nuevo tropiezo en los ambiciosos planes de la compañía de Elon Musk para la exploración espacial.
Este vuelo de prueba había generado gran expectativa, no solo por ser el primero en meses luego de la explosión del séptimo lanzamiento en enero, sino porque representaba un avance en las pruebas clave para futuras misiones a la Luna y Marte. SpaceX, conocida por su enfoque audaz en la ingeniería aeroespacial, había superado varios retrasos técnicos antes de lograr el despegue. De hecho, el lanzamiento había sido pospuesto en tres ocasiones previas, incluyendo una cancelación de última hora el lunes por problemas en el recuento previo.
A las 6:30 de la tarde, hora local, Starship encendió sus motores y se impulsó hacia el cielo con su propulsor Super Heavy, mientras los ingenieros de SpaceX y miles de espectadores observaban con emoción. La compañía había resaltado que este vuelo incluiría pruebas innovadoras, lo que elevó aún más las expectativas. Kathy Tice, ingeniera de la empresa, aseguraba que la misión estaba diseñada para poner a prueba nuevas capacidades tecnológicas y que el riesgo era parte del proceso.
Pero la realidad golpeó rápido. Minutos después del despegue, una explosión convirtió la nave en una enorme nube de humo sobre Texas. No hubo oportunidad de correcciones ni maniobras de rescate. La misión quedó reducida a fragmentos metálicos cayendo de vuelta a la Tierra, mientras la noticia se propagaba como pólvora en redes sociales. Usuarios captaron en video la caída de los restos, que se esparcieron en la zona de lanzamiento.

La magnitud del incidente llevó a la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos a suspender vuelos en aeropuertos de Miami, Fort Lauderdale, Palm Beach y Orlando por "restos de lanzamiento espacial", una medida poco común que evidencia la escala del percance.
A pesar del revés, SpaceX ha demostrado en múltiples ocasiones que los fracasos no detienen su avance. La compañía suele tomar estos incidentes como oportunidades para mejorar sus diseños y optimizar futuras misiones. Starship sigue siendo la gran apuesta para los planes de colonización espacial, pero por ahora, el sueño de llevarla más allá de la atmósfera terrestre tendrá que esperar un poco más.
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