En un escenario global donde la demanda de semiconductores está en constante crecimiento, México está emergiendo como un actor estratégico en esta industria, con iniciativas que buscan fortalecer su presencia en el mercado internacional.
Uno de los proyectos destacados en este ámbito es T-Note, una empresa respaldada por inversionistas árabes, que ha lanzado un ambicioso plan para la construcción de una planta de fabricación de microchips en Querétaro. Esta iniciativa forma parte de un plan de expansión en tres etapas clave: la integración de soluciones de ciberseguridad, la fabricación de productos asociados, y la producción de microchips, siendo esta última la fase más ambiciosa y compleja, con un desarrollo proyectado de entre cinco y siete años. Abelardo Lara, director de T-Note en México, subrayó que la colocación de la primera piedra de la planta en Querétaro es un paso fundamental tanto para la empresa como para la industria tecnológica del país.
La inversión requerida para la planta es considerable, con un costo inicial estimado en 1,500 millones de dólares, aunque esta cifra podría aumentar según las necesidades específicas de producción. Lara enfatizó que el éxito del proyecto dependerá no solo de los recursos financieros, sino también de la colaboración con gobiernos y la formación de alianzas estratégicas con empresas globales. La planta operará de forma continua, durante todo el año, para cumplir con las demandas del mercado.
La decisión de T-Note de entrar en el sector de semiconductores responde a una demanda global exacerbada por la pandemia y las tensiones económicas entre China y Estados Unidos, que han provocado una escasez de chips que afecta a diversas industrias, desde la automotriz hasta la electrónica de consumo. México, con importantes reservas de silicio en estados como Sonora y una ubicación geográfica estratégica, se presenta como un lugar clave para abordar esta creciente demanda.
“El país es uno de los mayores poseedores de reservas de silicio a nivel mundial, lo que lo convierte en un punto estratégico para la producción de microchips”, afirmó Lara, destacando la relevancia de la nueva planta en Querétaro.
El proyecto de T-Note no es un caso aislado. Recientemente, empresas como QSM Semiconductores y Micron han anunciado importantes inversiones en México, reforzando el papel del país en la cadena global de suministro de semiconductores. Según datos de Statista, se proyecta que el mercado de semiconductores en México genere 47,120 millones de dólares en ingresos para 2024, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 10.27% hasta alcanzar los 76,830 millones de dólares en 2029.
Este crecimiento está respaldado por desarrollos recientes que subrayan la importancia de México en la industria global. En mayo de 2024, QSM Semiconductores reveló una inversión de 9 millones de dólares en Querétaro, y Micron anunció planes para establecer un centro de ingeniería de chips en el país. Además, en julio, la Asociación Mexicana de la Industria de Tecnologías de Información (Amiti) reportó que hasta el 30% de la inversión en manufactura en México se destina a tecnologías de la información, incluyendo la producción de semiconductores.
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