El 16 de octubre de 2024, el mundo de la música se vio conmocionado tras la trágica muerte de Liam Payne, exintegrante de One Direction, a la edad de 31 años. El cantante fue hallado sin vida en un hotel en el barrio de Palermo, Buenos Aires, Argentina, tras caer desde el balcón de su habitación en el tercer piso.
La autopsia al cuerpo de Liam Payne fue realizada por el Cuerpo Médico Forense en la Morgue Judicial de la calle Viamonte. Según el reporte de los dos especialistas que realizaron el estudio, Payne falleció a causa de un “politraumatismo” que le causó una “hemorragia interna y externa”. Desde la fiscalía señalaron que se están investigando las circunstancias del caso como "una muerte dudosa", ya que todo parece indicar que el cantante estaba atravesando algún brote psicótico producto de abuso de sustancias. Hasta el momento no se ha realizado ningún estudio toxicológico y anatomopatológico, sin embargo se espera que se realice como protocolo así como una investigación sobre su salud mental ya que hasta el momento se ha catalogado como un posible suicidio.
Los forenses también informaron que no se constatan lesiones defensivas, solo vitales, lo cual indica que no hubo ninguna intervención de terceras personas. Además se señaló que por la posición del cuerpo y las lesiones, Liam Payne no realizó ninguna postura o movimiento para protegerse de la caída lo cual indica que muy probablemente cayó en un estado de semi o total inconsciencia.
Las autoridades argentinas continúan investigando la causa de la caída, revisando tanto las cámaras de seguridad como entrevistas a los empleados del hotel. Se han reportado algunos detalles inquietantes sobre el estado de la habitación, como residuos de posibles drogas y botellas de alcohol, aunque aún se espera el informe oficial completo. Mientras tanto, seguidores y colegas de Payne, siguen compartiendo mensajes de condolencias en redes sociales, recordando su legado musical y la gran influencia que tuvo en millones de fanáticos alrededor del mundo.
Este suceso marca un trágico final para Payne, quien en los últimos años había enfrentado problemas de salud, incluidas hospitalizaciones por infecciones renales y una batalla pública con su salud mental.
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