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La Cantonal, una de las primeras instituciones educativas para la élite del país, fue establecida en Córdoba.


La ciudad conocida como "la de los 30 caballeros" fue una de las primeras fundadas en el estado. Esto ha dado lugar a la presencia de numerosos edificios antiguos en la región, los cuales poseen un gran valor arquitectónico y, sobre todo, conservan historias que aún perduran. Hablar de Córdoba es referirse a la historia de México y conocer una de las principales regiones cafetaleras de Veracruz. Es explorar sus calles y edificios históricos del centro de la ciudad, que han sido utilizados como grandes residencias, escuelas, hospitales y centros culturales, entre otros.


Un recorrido por el centro de Córdoba revela la presencia de inmuebles significativos que han resistido el paso del tiempo, con antiguos edificios que siguen en pie y llevan consigo historias transmitidas de generación en generación. Hoy nos centraremos en un edificio de gran relevancia histórica y educativa: la escuela “La Cantonal”, ubicada en la Avenida 1, número 13, junto al Palacio Municipal.


Para profundizar en la historia de la primaria “Francisco Hernández Hernández”, conocida como “La Cantonal”, podemos consultar el libro “Voces del Pasado: Relatos Históricos y Ocultos de una escuela mexicana”, escrito por la maestra Minerva Flores. Este libro fue presentado a principios del año pasado y detalla la historia de la escuela, en la que la autora trabajó durante siete años como directora antes de su jubilación. Su pasión por la educación la llevó a documentar la historia de esta institución emblemática de Veracruz.


Según su investigación, el edificio fue fundado en 1729 como una Escuela Real destinada a los hacendados locales que deseaban ofrecer un mejor futuro a sus hijos. En aquella época, acceder a la educación en México era complicado y costoso debido a la escasez de maestros y escuelas.


Cuando comenzó a funcionar, la Escuela Real solo podía admitir a 12 alumnos, con una colegiatura mensual de 12 pesos. En ese período, Ana Francisca de Irivas, una destacada figura de Córdoba nacida en 1704, jugó un papel importante en la historia de la educación en la ciudad. Proveniente de una familia acomodada, Ana Francisca quedó viuda y decidió usar su fortuna para promover la educación de niñas.


En 1754, solicitó al Cabildo de Córdoba la construcción de un “asilo de mujeres de mal vivir”, un refugio para mujeres dedicadas a la prostitución. Posteriormente, pensó en crear un colegio y asilo para niñas pobres con el fin de ofrecerles las herramientas para convertirse en mujeres independientes y trabajadoras.


En 1780, Ana Francisca donó 26 mil pesos para fundar dos escuelas: una para niñas, llamada “Santa Ana”, y otra para varones, llamada “Santa Rosa de Lima”. En esa época, la educación de las niñas se limitaba a habilidades domésticas, por lo que la escuela de mujeres tuvo una pausa. Finalmente, en 1912, se reabrió la escuela para mujeres bajo el nombre de “La Cantonal” y, más tarde, se le cambió el nombre a “Francisco Hernández Hernández”.

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