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Impacto del alcohol en la salud bucal: lo que debes saber

  • guizarnoehmi
  • 27 may
  • 2 Min. de lectura


El consumo habitual de bebidas alcohólicas puede tener consecuencias directas en la salud bucal, más allá de los efectos ya conocidos en órganos como el hígado o el sistema nervioso. Entre los daños menos visibilizados se encuentra la alteración del equilibrio oral, lo que incrementa el riesgo de diversas afecciones dentales y gingivales.


Uno de los principales efectos es la disminución en la producción de saliva. Esta reducción crea un entorno más seco en la boca, lo cual facilita la proliferación bacteriana. La saliva cumple funciones esenciales como limpiar residuos de alimentos y contrarrestar la acidez generada por bacterias, por lo que su ausencia compromete la defensa natural contra caries.


Además, muchas bebidas alcohólicas poseen un pH bajo, lo que contribuye a un ambiente ácido en la cavidad bucal. Esta acidez constante puede erosionar el esmalte dental, debilitando la protección de los dientes y generando sensibilidad. Las bebidas como el vino, licores y cócteles con cítricos son particularmente agresivas en este sentido.


El uso frecuente de alcohol también está vinculado a un mayor riesgo de enfermedad periodontal, una afección inflamatoria que afecta las encías y puede comprometer el soporte óseo dental. La acumulación bacteriana, promovida por la sequedad bucal y el pH alterado, facilita el desarrollo de esta condición, que si no se trata a tiempo puede provocar la pérdida de piezas dentales.


A largo plazo, el consumo de alcohol también se relaciona con una mayor probabilidad de desarrollar cáncer oral, especialmente cuando se combina con el tabaquismo. Esta combinación potencia la acción de sustancias cancerígenas, elevando el riesgo en áreas como lengua, encías, mejillas y garganta.


Medidas para reducir el daño

Para minimizar los efectos del alcohol en los dientes, se recomienda moderar su ingesta, mantenerse hidratado y utilizar pajillas al beber para limitar el contacto directo con los dientes. También es útil enjuagarse con agua después de consumir estas bebidas, lo que ayuda a restaurar el equilibrio salival.


Por último, mantener una rutina de higiene adecuada y acudir a revisiones odontológicas periódicas son acciones clave para detectar cualquier alteración a tiempo y preservar una buena salud bucal.

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