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Hombre sube al Popocatépetl a dejar ofrenda y honrar a “Don Goyo”

  • guizarnoehmi
  • 14 mar
  • 2 Min. de lectura


En el corazón de México, donde la tierra tiembla bajo la sombra del Popocatépetl, las tradiciones se mantienen tan firmes como el propio coloso. Para las comunidades cercanas, este volcán no es solo una fuerza de la naturaleza, sino el hogar de un espíritu protector conocido como Gregorio Chino, o simplemente "Don Goyo". Su presencia, más allá de la leyenda, sigue viva en la devoción de quienes han heredado la creencia de generación en generación.


El Día de Don Goyo es un momento clave en esta tradición, una fecha en la que pobladores realizan ofrendas para honrar y apaciguar al espíritu que, según ellos, vigila y protege la región. Este año, un hombre llevó esa devoción al límite. Literalmente. A través de un video que rápidamente se volvió viral, se observa a un sujeto de aproximadamente 35 años emprendiendo una caminata hasta la cima del Popocatépetl, a más de 5,000 metros sobre el nivel del mar, con la única intención de entregar un regalo al volcán en su "cumpleaños".


El video, publicado en X (antes Twitter) por Webscam México, muestra al hombre visiblemente nervioso, consciente de la peligrosidad del lugar, pero decidido a cumplir su misión. “Le trajimos su ofrenda hasta acá, hasta el cráter. Esperemos que esté contento. ¡Se siente un gran miedo!”, dice mientras la cámara captura el imponente paisaje que lo rodea. Lo que más sorprendió a los usuarios de redes sociales no fue solo su fe inquebrantable, sino el hecho de que subió sin equipo especializado, sin preparación profesional y con apenas una mochila al hombro.



Las reacciones en internet no se hicieron esperar. Mientras algunos aplaudieron el respeto del hombre por las creencias ancestrales, otros lo tildaron de imprudente e irresponsable, señalando los peligros de ascender un volcán activo sin las condiciones adecuadas. Incluso hubo quienes criticaron el acto, asegurando que estas costumbres perpetúan problemas sociales y económicos en el país.


Más allá de la controversia, esta historia es un reflejo de cómo la fe, la tradición y el riesgo pueden entrelazarse en una misma narrativa. El Popocatépetl, con su constante actividad, sigue siendo un recordatorio de la fuerza de la naturaleza, pero también de la profunda conexión que muchas personas sienten con él. Y aunque algunos vean estas creencias como supersticiones del pasado, lo cierto es que la devoción a Don Goyo sigue firme, resistiendo el paso del tiempo como el mismo gigante de fuego.


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