Hallan muerta a una tortuga Carey de 40 años en playas de Veracruz

Una escena poco común pero profundamente triste sorprendió este fin de semana a quienes paseaban por la playa Regatas, en el puerto de Veracruz. A escasos metros del bulevar Manuel Ávila Camacho, frente al hotel Mar y Tierra, fue encontrada una tortuga Carey muerta, atrapada entre las piedras de una escollera cerca de donde alguna vez estuvo el antiguo Club de Yates.

El hallazgo fue realizado por un grupo de guardavidas del municipio, quienes se encargaron de sacar del mar al ejemplar ya sin vida. El impacto del descubrimiento no pasó desapercibido. No se trataba de una tortuga cualquiera: era un macho adulto, con un peso aproximado de 100 kilogramos y cerca de 40 años de edad, según el primer reporte de Protección Civil del municipio de Veracruz.

La tortuga Carey, reconocida por su belleza y su importancia ecológica, es una especie en peligro crítico de extinción. Su presencia en costas veracruzanas siempre ha sido motivo de asombro y orgullo, pero este tipo de noticias recuerdan lo frágil que puede ser su existencia.

Como parte del protocolo, los propios guardavidas la enterraron en la misma zona donde fue localizada, para evitar que animales carroñeros o perros intentaran destrozarla o llevársela. Aunque parezca un detalle menor, esta acción busca preservar la dignidad del animal y evitar que su cuerpo se convierta en un foco de contaminación o riesgo sanitario.

Por ahora, las causas exactas de su muerte aún son un misterio. Será el personal del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano quien se encargue en las próximas horas de realizar los estudios correspondientes y practicarle una necropsia para determinar qué ocurrió.

Mientras tanto, la imagen de esta tortuga sin vida entre las piedras de la costa no deja de ser un llamado de atención. El mar, que tantas historias guarda, también llora silenciosamente la pérdida de una especie que lleva años luchando por sobrevivir.

Este hallazgo podría pasar desapercibido para muchos, pero para quienes conocen el valor de estas criaturas y lo que representan para el equilibrio marino, es imposible no sentir que algo muy valioso se ha ido.