El rugido de los motores en la autopista 150-D Acatzingo - Ciudad Mendoza se convirtió en un estruendo de fuego esta tarde, cuando dos tractocamiones protagonizaron un choque de alto impacto que terminó en llamas. La escena, digna de una película de acción, ocurrió en la peligrosa zona de Cumbres de Maltrata, cerca de Balastrera, en el municipio de Nogales.
Todo comenzó con un choque por alcance entre ambas unidades de carga. Pero lo que parecía un percance más en esta carretera—conocida por sus pronunciadas pendientes y curvas traicioneras—rápidamente escaló a un nivel crítico cuando uno de los camiones explotó y envolvió al otro en llamas. Testigos en la zona no tardaron en dar la alarma en redes sociales: "Alto total bajando las Cumbres de Maltrata, ya en la salida hacia Balastrera; un tráiler incendiado en medio de la carretera, esto de norte a sur", reportaron conductores atrapados en el caos.
El fuego y el cierre de la vía en dirección a Veracruz desataron el pánico entre transportistas y viajeros, quienes quedaron varados por más de dos horas mientras los cuerpos de emergencia hacían su trabajo. Elementos de la Guardia Nacional tomaron el control del área, asegurando el perímetro mientras los operadores de las unidades accidentadas recibían atención médica.
A pesar de la magnitud del accidente, afortunadamente no se reportaron pérdidas humanas, aunque el susto y el retraso fueron inevitables. Pasadas dos horas de maniobras, Caminos y Puentes Federales (Capufe) anunció la reapertura de la autopista, devolviendo la movilidad a una de las rutas más transitadas del estado.
El incidente deja sobre la mesa una pregunta recurrente: ¿qué tan segura es realmente esta autopista? No es la primera vez que las Cumbres de Maltrata se convierten en escenario de tragedias viales. Con curvas cerradas, descensos peligrosos y un tráfico constante de carga pesada, el tramo sigue siendo un desafío para los conductores, especialmente cuando la velocidad y las condiciones del camino juegan en contra.
Hoy, la historia no terminó en desastre, pero el susto servirá de recordatorio: en las Cumbres de Maltrata, un descuido puede prender fuego al camino... literalmente.
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