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Evangelina Tejera: La trágica caída de la reina del carnaval de Veracruz



Evangelina Tejera, conocida en su momento como la Reina del Carnaval de Veracruz en 1983, dejó una marca oscura en la historia de México. Su historia es una mezcla de éxito y tragedia, simbolizando el poder destructivo de las adicciones y los problemas de salud mental que no se trataron a tiempo. Su vida se convirtió en un torbellino de excesos y relaciones tóxicas que culminaron en el trágico asesinato de sus dos hijos, un caso que estremeció al país en 1989.


Hija de una familia adinerada, Evangelina vivió una infancia y adolescencia que parecían idílicas: aprendió a tocar el piano, jugaba tenis y asistía a eventos sociales. Sin embargo, tras ganar popularidad como reina del carnaval, su vida comenzó a caer en una espiral de adicciones. Atrapada en el abuso de sustancias, Evangelina perdió el control de su vida. Eventualmente, quedó sola con dos hijos pequeños tras una serie de relaciones problemáticas, en las que sufrió maltratos y abandonos. Su consumo de drogas, especialmente de cocaína, y su errática vida social le trajeron problemas y una creciente distancia con su familia​.


El caso cobró un matiz aún más siniestro cuando, tras varias mentiras sobre el paradero de sus hijos, su hermano comenzó a sospechar, y al confrontarla, Evangelina confesó el crimen. Había intentado incinerar los cuerpos, y al no lograrlo, los desmembró y enterró en una maceta en su departamento en el centro de Veracruz. Esto le valió el apodo de "La Medea de Veracruz", una referencia a la figura mitológica griega que también asesinó a sus hijos​.



La defensa intentó probar que sufría trastornos mentales severos, pero los exámenes psicológicos demostraron que era consciente de sus actos. Fue condenada a 20 años de prisión por homicidio y profanación de cadáveres. Su historia sigue siendo un recordatorio de cómo la adicción y el descuido pueden desmoronar la vida de una persona y destrozar a quienes la rodean.


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