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“Enoch, la IA que reescribe la historia de los Manuscritos del Mar Muerto”

  • guizarnoehmi
  • 5 jun
  • 2 Min. de lectura


Una herramienta de inteligencia artificial ha desafiado las creencias previas sobre el origen de los Manuscritos del Mar Muerto, al colocar su redacción entre cinco y quince décadas antes de lo que se estimaba hasta ahora. Este avance fue logrado por un equipo de expertos de la Universidad de Groninga, en los Países Bajos, quienes decidieron combinar la tecnología con la investigación tradicional para profundizar en el pasado de estos textos sagrados.


¿Dónde y cuándo surgió esta iniciativa? El hallazgo se dio a conocer recientemente, luego de años de investigación en el Instituto Qumrán y el Instituto Bernoulli de Inteligencia Artificial. Utilizando imágenes digitalizadas de los antiguos pergaminos encontrados en cuevas cercanas al mar Muerto desde mediados del siglo XX, los científicos decidieron aplicar una nueva metodología que no requiere cortar ni dañar el material original.


La pregunta que impulsó este estudio fue clara: ¿es posible determinar con más exactitud la fecha de creación de estos manuscritos sin destruirlos? La respuesta llegó en forma de un sistema llamado Enoch, en honor a una figura bíblica mencionada en el Génesis, quien según el relato, “caminó con Dios y desapareció”. Este nombre no fue elegido al azar, ya que la IA representa una nueva forma de “caminar” con los textos antiguos, sin necesidad de tocarlos.


¿Para qué sirve Enoch? Este software fue diseñado para reconocer los rasgos gráficos de la escritura, analizando con precisión milimétrica la forma de las letras, el trazo, y los estilos caligráficos, ya sea en arameo imperial o hebreo ashurí. A diferencia de la datación por carbono-14, que requiere extraer una muestra física, Enoch trabaja a partir de escaneos. De los 25 manuscritos con fecha conocida usados para entrenarlo, logró ubicar correctamente a 24.


El porqué de su relevancia se encuentra en su capacidad para datar manuscritos individualmente, lo que permite identificar con mayor detalle cómo evolucionaron las ideas religiosas y sociales de una época clave para el judaísmo y el cristianismo. Esto marca un cambio importante frente al método tradicional, que solía ofrecer fechas estimadas para grupos de textos sin precisar diferencias significativas entre uno y otro.


Lambert Schomaker, coautor del estudio y miembro del Instituto Bernoulli, explica que aunque Enoch y sus aplicaciones anteriores ya habían demostrado potencial –como en 2021, cuando descubrieron que el Gran Rollo de Isaías fue escrito por dos personas distintas–, esta nueva etapa representa un paso más hacia la objetividad en una disciplina que ha sido por décadas interpretativa y sujeta al juicio humano.


Otro aspecto destacado es la apertura del proyecto al mundo académico. Popović anunció que Enoch está disponible para que investigadores de otros países también puedan usarlo y continuar descifrando el misterio que representan estos más de mil manuscritos hallados por beduinos hace casi 80 años.


Aunque todavía se han analizado solo 135 documentos con esta tecnología, sus creadores creen que la fusión entre inteligencia artificial, datación científica y análisis humano podría resolver finalmente una de las preguntas más importantes en torno a estos textos: ¿quiénes fueron los escribas que moldearon las primeras ideas del pensamiento bíblico y cómo se difundieron sus palabras?

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