El papa Francisco, a sus 88 años, ha vuelto a ser ingresado en el Policlínico Gemelli de Roma por una bronquitis que, como cada invierno, afecta su salud y altera su apretada agenda. Este viernes, el pontífice fue hospitalizado por cuarta vez desde el inicio de su papado, una noticia que ha generado preocupación entre los fieles y seguidores de todo el mundo.
Desde principios de febrero, Francisco había manifestado un “fuerte resfriado”, según él mismo comentó durante la audiencia general del 5 de febrero. Aunque intentó mantener sus compromisos desde su residencia en la Casa Santa Marta para evitar traslados, su salud se ha ido deteriorando poco a poco. A pesar de su condición, el domingo 9 de febrero quiso presidir la misa por el Jubileo de las fuerzas armadas, la policía y la seguridad en la plaza de San Pedro. Sin embargo, al iniciar su homilía, tuvo que pedir a un colaborador que continuara leyendo porque le faltaba el aire. Su frase, “Pido disculpas y pido al maestro que continúe leyendo porque me falta el aire”, evidenció la gravedad de su estado.
A lo largo de estos días, el papa ha seguido adelante con sus audiencias, incluso recibiendo al presidente de Eslovaquia, Roberto Fico, el mismo día de su hospitalización. Sin embargo, el comunicado oficial del Vaticano ha dejado entrever que la salud del pontífice se ha agravado, haciendo necesario su ingreso hospitalario.
No es la primera vez que Francisco enfrenta problemas respiratorios serios. En marzo de 2023, una neumonía aguda y grave lo obligó a permanecer tres días en el mismo hospital. Posteriormente, en noviembre de 2023, tuvo que cancelar su asistencia a la COP28 en Dubái por una bronquitis aguda e infecciosa, y en diciembre de ese año también suspendió sus actividades por la misma razón. Incluso en enero de 2024, una gripe lo llevó a pausar nuevamente su agenda.
Esta nueva hospitalización coincide con una agenda cargada para el papa, quien tenía previsto participar en la audiencia jubilar este sábado, celebrar la misa por el Jubileo de los Artistas el domingo y visitar los estudios de Cinecittà el lunes para encontrarse con representantes del mundo del arte. Ahora, el futuro de estas actividades es incierto mientras los médicos evalúan su evolución.
El papa Francisco, conocido por su carisma y cercanía, ha mostrado una y otra vez su voluntad de seguir adelante pese a los obstáculos de salud. Sin embargo, su avanzada edad y los recurrentes problemas respiratorios plantean interrogantes sobre su capacidad para mantener el ritmo que su papel demanda. La comunidad católica y el mundo entero permanecen atentos, esperando noticias alentadoras sobre su recuperación.
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