
Dicen que el amor lo cambia todo, y aunque suene a frase trillada, la ciencia lo respalda. Cuando nos enamoramos, no solo nuestro corazón late más rápido al ver a esa persona especial, sino que en nuestro cerebro se desata una verdadera tormenta química. Un cóctel de hormonas y neurotransmisores entra en juego, afectando nuestras emociones, decisiones y hasta nuestro estado físico.
Según Belinda Manzano, jefa de servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Sanitas La Zarzuela, el enamoramiento activa regiones cerebrales como el sistema de recompensa y la corteza prefrontal, lo que explica por qué nos sentimos tan felices, motivados e incluso un poco irracionales cuando estamos en esta etapa. Al mismo tiempo, los niveles de cortisol, la hormona del estrés, pueden aumentar en los primeros momentos, provocando esa sensación de nerviosismo o mariposas en el estómago que todos conocemos.
Pero, ¿qué sustancias químicas están detras de esta revolución emocional? La oxitocina, conocida como la "hormona del amor", se libera en momentos de cercanía física, como abrazos o caricias, generando tranquilidad, seguridad y fortaleciendo el vínculo emocional. La dopamina, por su parte, es la responsable de esa sensación de euforia y felicidad, motivándonos a dar lo mejor de nosotros mismos. Y la serotonina, que regula nuestro estado de ánimo, nos ayuda a mantenernos en equilibrio emocional mientras navegamos por las intensas aguas del amor.
A nivel psicológico, el amor transforma nuestra manera de pensar y actuar. Carla Álvarez Llaneza, psicóloga de Blua de Sanitas, destaca que las personas enamoradas suelen enfocarse más en su pareja, mostrando una actitud más optimista y abierta, lo que no solo fortalece la relación, sino que también impulsa el crecimiento personal.

Pero los beneficios del amor van más allá de lo emocional. Estudios han demostrado que estar en una relación afectiva positiva puede reducir el riesgo de depresión, ya que el apoyo emocional y la compañía disminuyen la sensación de soledad. Además, sentirnos amados y valorados mejora nuestra autoestima y nos motiva a cuidar de nuestra salud y bienestar general.
En resumen, el amor no solo es un sentimiento, sino un fenómeno complejo que involucra al cerebro, al cuerpo y al alma. Y aunque no existe una fórmula mágica para el amor perfecto, lo que sí es seguro es que, cuando llega, transforma todo a su paso, dejándonos con un subidón químico que, al menos por un tiempo, nos hace sentir invencibles.
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