Errores históricos han llevado a que se catalogue como traidora a una mujer que, en realidad, fue una persona educada e inteligente, que aprovechó las oportunidades para destacarse a pesar de ser esclava y que merece reconocimiento.
Esta mujer es conocida incorrectamente como "Malinche", cuando su verdadero nombre era Malinalli Tenépatl o Malintzi, una indígena esclava de Hernán Cortés que actuó como su traductora.
Según el historiador veracruzano Ricardo Cañas Montalvo, Malinalli nació en Painala, hoy municipio de Oluta, y era hija de un cacique. Tras la muerte de su padre, su madre se volvió a casar, pero su padrastro no la quería. Cuando nació el hijo varón, convenció a su esposa de vender a la niña al pueblo comerciante de Xicalango. Años después, Malinalli llegó al cacique de Tabasco a través de este comercio de personas.
Cañas Montalvo explica que Malinalli se unió a Hernán Cortés cuando tenía entre 16 y 18 años. Gracias a su experiencia siendo vendida y trasladada, aprendió varios idiomas, demostrando ser una mujer inteligente y capaz que supo aprovechar las oportunidades que se le presentaron.
Al ser bautizada, se le dio el nombre de "Marina" y fue pareja de Cortés hasta que apareció Catalina Suárez, la esposa del español. Malinalli fue entonces entregada a Juan Jaramillo, uno de los hombres de Cortés.
El historiador recomienda leer libros como “Historia verdadera de la conquista de la Nueva España” de Bernal Díaz del Castillo y “México a través de los siglos” para reivindicar el nombre de Malinalli, y sugiere que en Veracruz debería haber una estatua en su honor.
Por otro lado, Cañas Montalvo señala que el término “malinche” sí existió, pero nunca se refirió a Malinalli, sino que era un apodo para Hernán Cortés. El término "malinche" significa torcido, y así se conocía a Cortés debido a su carácter y a una lesión en la pierna izquierda provocada por una caída al escapar de un marido celoso.
Aunque Cortés encargó varias pinturas que omitieron este detalle, en una iglesia de Puebla existe una pintura de él donde se muestra su pierna deformada. Según Cañas Montalvo, este detalle es poco conocido y mencionado por pocos historiadores.
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