¿Delirio o estrategia? Donald Trump afirma querer tomar el control de la franja de Gaza

Si algo caracteriza a Donald Trump es su estilo directo y sin filtro. Y esta vez no ha sido la excepción. Tras su encuentro con Benjamín Netanyahu en Washington, el exmandatario estadounidense lanzó una propuesta que ha dejado a muchos boquiabiertos: Estados Unidos "tomará el control" de Gaza. Así, sin matices. Pero, ¿suena realista o es solo una nueva jugada política para alimentar su retórica de campaña?

En su habitual estilo grandilocuente, Trump esbozó un plan que suena sacado de una novela distópica. Primero, demoler Gaza por completo. Luego, reconstruirla para convertirla en una "Riviera de Oriente Próximo", un destino turístico de ensueño. Pero la parte más polémica del plan es su idea de desplazar de manera "permanente" a los gazatíes, enviándolos a Egipto o Jordania, y repoblar el territorio con "gente del mundo".

Asegura, además, que Estados Unidos se hará cargo de la región, desmantelará las armas y "será su dueño". Con estas declaraciones, el exmandatario deja claro que su visión para Gaza no incluye a sus habitantes actuales.

Más allá de la retórica llamativa, la propuesta de Trump choca frontalmente con el derecho internacional. Existen resoluciones de la ONU que prohíben el desplazamiento forzado de poblaciones y la ocupación de territorios por parte de potencias extranjeras. Sin embargo, eso no parece preocuparle demasiado. Como ya ha demostrado en el pasado, su visión de la política internacional no se rige precisamente por los acuerdos multilaterales.

Por otro lado, la reacción de Egipto y Jordania, los países que según Trump deberían recibir a los desplazados, es un factor clave. Ambas naciones han rechazado cualquier intento de convertirlas en "países de refugio permanente" para los palestinos, lo que podría generar un conflicto diplomático de gran escala.

Trump dejó claro que no cree en la idea de que Israel y Palestina convivan como dos Estados separados, una solución respaldada por la comunidad internacional y que Joe Biden ha defendido en su gobierno. "No va a funcionar. No ha funcionado nunca, y no funcionará jamás", sentenció.

Esta postura podría aumentar la tensión en la región y debilitar la posición de Estados Unidos como mediador en el conflicto. A pocos meses de las elecciones presidenciales en EE.UU., el anuncio también podría ser una estrategia para consolidar el voto de los sectores más conservadores y proisraelíes dentro de su base de apoyo.

A lo largo de su carrera, Trump ha lanzado propuestas igual de impactantes, muchas de las cuales nunca se concretaron. La pregunta ahora es: ¿esto es solo una declaración para generar titulares o realmente está trazando un plan para redibujar el mapa de Oriente Próximo? Si algo nos ha enseñado la política internacional es que, cuando se trata de Trump, lo impensable siempre es una posibilidad.