
El estado de Veracruz enfrenta una situación alarmante con la desaparición de niñas y mujeres a lo largo de este año. De enero a octubre de 2024, se han registrado más de 300 casos, una cifra que ha encendido las alarmas en la sociedad y entre las autoridades locales. Las desapariciones no son un fenómeno nuevo en la entidad, pero el incremento sostenido en los últimos meses ha generado una mayor preocupación, no solo por la cantidad, sino también por la respuesta insuficiente para atender estos casos.
Los datos que han circulado muestran que la mayoría de las desapariciones se concentran en zonas urbanas, como los municipios de Veracruz, Xalapa, y Coatzacoalcos. Sin embargo, las áreas rurales también han visto un aumento significativo en los casos. Las edades de las víctimas varían, aunque hay un grupo preocupante de jóvenes entre los 12 y 25 años que representan más del 60% de los casos reportados. Estos datos son alarmantes considerando el contexto de violencia de género y el aumento de la inseguridad en la región.
A nivel estatal, se han implementado algunas iniciativas para intentar frenar este fenómeno, como el reforzamiento de las alertas Amber y la instalación de unidades especializadas en la investigación de feminicidios y desapariciones. No obstante, colectivos de derechos humanos afirman que estos esfuerzos son insuficientes, y se necesita una estrategia integral que contemple tanto la prevención como la justicia para las víctimas.
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