A dos años de celebrar su centenario, la escultura del “Águila”, ubicada al sur del centro de Xalapa, sigue siendo un emblema donde tanto locales como visitantes desean tomarse una foto. Ya sea por su imponente tamaño o por la atracción que generan estos animales, estudiantes, académicos y personas de todas las edades tienen grabada en la memoria la imagen de esta obra de arte.
Situada en las laderas de la colina de Rectoría de la Universidad Veracruzana (UV), el “Águila” es más que un simple elemento del paisaje urbano de la capital estatal: también ha inspirado un dicho popular. Los xalapeños de pura cepa afirman haber crecido con el clásico: “Es más fácil que el ‘Águila’ de la UV vuele a que...”, seguido de alguna situación improbable. Otros comentan: “hasta que vuele el águila de Los Lagos lo creeré”.
En cuanto a datos históricos, la investigadora María Guadalupe Buzo Flores revela un misterio sin resolver: existe una duda sobre quién es el verdadero autor. La placa adjunta indica que fue creada por Guillermo Ramírez, mientras que Alberto Beltrán afirmó que el autor es Guillermo Rodríguez. Además, cuando se refiere a la pieza de concreto pintada de dorado, se le atribuye a Guillermo Rodríguez. La historiadora del arte menciona que no hay información biográfica de ninguno de estos dos artistas.
Aunque algunos piensan que la escultura es un halcón debido a que es la mascota de la UV, en realidad es un águila y sus dimensiones son aproximadamente 300 x 300 centímetros. Colocada sobre un pedestal de piedra, el águila se erige majestuosa con las alas extendidas, instalada el mismo año en que se construyó el Puente Atenas.
Fotos antiguas muestran que en este puente había pequeñas columnas con águilas, así como en la actual Rectoría. Sobre este símbolo, en el libro “Mirada en torno a las artes plásticas en Xalapa. Siglo XX”, Buzo Flores destaca que la escultura mayor fue creada poco después de superada la etapa más violenta de la Revolución Mexicana. “Representa la grandeza de la nación deseada y actúa como un símbolo indudable de una mexicanidad aún en construcción”, escribe.
Cercana a su centenario, esta obra ha sido testigo de las transformaciones más significativas de la ciudad, instalada cuando Xalapa aún tenía una gran población obrera. Cerca de ella se construyeron el paseo de Los Lagos, el parque Murillo Vidal, el Hospital General de Zona número 11-IMSS, la Rectoría de la UV y otros edificios educativos.
En su instalación, solo estaban la fábrica de hilados y tejidos “El Dique” al frente, la estación de radio XFB detrás y, a menos de un kilómetro, el estadio xalapeño “Heriberto Jara Corona”, inaugurado un año antes, en septiembre de 1925. Imágenes del pasado muestran que en 1926, los árboles que hoy brindan servicios ambientales apenas alcanzaban un metro de altura. Sin duda, la historia de la escultura del “Águila” merece ser conocida y difundida.
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