Carnaval de Veracruz: Del grito popular a la fiesta institucional
- guizarnoehmi
- 27 jun
- 3 Min. de lectura
Una celebración con raíces coloniales que mezcló sátira, resistencia y cultura popular

El Carnaval de Veracruz, reconocido por sus coloridos desfiles, comparsas, reinas, lentejuelas y escenarios sobre el malecón, es mucho más que una fiesta visual. Su origen es profundo, con una base histórica y social que mezcla crítica, libertad y expresiones culturales diversas que no todos conocen.
Actualmente, este carnaval es uno de los más emblemáticos de México y de América Latina, pero detrás de su imagen moderna hay siglos de historia marcados por la mezcla de culturas, la censura religiosa, el descontento social y la necesidad de expresión del pueblo.
De las máscaras al descontrol: los orígenes coloniales
Aunque oficialmente se celebra desde 1925, los antecedentes del Carnaval de Veracruz se remontan al siglo XVIII, durante el Virreinato. En esos años, habitantes de los barrios populares del puerto —muchos de ellos afrodescendientes, indígenas y mestizos— comenzaron a organizar fiestas y bailes callejeros fuera del control de la Iglesia y de las élites coloniales.
🔻 Estas celebraciones, al margen de la oficialidad religiosa, nacieron como una mezcla de danzas africanas, disfraces improvisados y sátira política.
Las manifestaciones populares desafiaban el orden establecido: la gente se burlaba de autoridades coloniales mediante personajes caricaturescos conocidos como mojigangas. También era común que los participantes usaran máscaras para evitar ser reconocidos, lo que a menudo causaba preocupación entre las autoridades.
Primer registro oficial: 1866
Según crónicas históricas del Archivo General de la Nación, el Ayuntamiento de Veracruz expidió el primer permiso oficial para danzas públicas en 1866. Fue durante la ocupación del Imperio de Maximiliano, y se trató de la llamada “Fiesta de Máscaras”, organizada en espacios como teatros y salones sociales.
Sin embargo, al salir rumbo a estos eventos, las personas desfilaban por las calles, lo que dio origen a las primeras manifestaciones carnavalescas abiertas.
Así nació la costumbre del desfile, no como un espectáculo planificado, sino como una expresión espontánea de alegría.

Al ver el crecimiento de estas expresiones, el entonces prefecto Domingo Bureau impulsó la creación del primer reglamento oficial del Carnaval, lo que permitió que esta tradición se institucionalizara con ciertas normas.
▌Fue hasta 1925 cuando se fundó el primer Comité Organizador del Carnaval, el cual dio forma a eventos que hoy continúan, como la Quema del Mal Humor y el Entierro de Juan Carnaval.
¿Qué se celebraba en realidad?
La fiesta no era solo un espectáculo para el turismo. En sus orígenes, el Carnaval funcionaba como una válvula de escape social y política, un espacio donde las clases bajas —normalmente reprimidas— podían expresarse sin censura.
En un entorno fuertemente controlado por la moral religiosa y el sistema colonial, este carnaval permitía a las personas liberarse por unos días:
Invertir el orden social, burlarse de las figuras de poder, desahogarse ante la desigualdad.
Esta dimensión crítica se ha diluido con el paso del tiempo, aunque aún pervive en algunos actos simbólicos.
El Carnaval más antiguo reconocido oficialmente
Aunque otras ciudades como Mazatlán o Campeche también celebran carnavales de gran magnitud, el de Veracruz es el más antiguo con registro oficial en el país.
Las primeras ediciones no se realizaban en el malecón, sino en el centro histórico y los barrios marginados del puerto, donde se mezclaban las culturas afro, indígena, criolla y española.
Curiosidades históricas que pocos conocen
En el siglo XIX, las máscaras fueron prohibidas temporalmente por miedo a conspiraciones políticas encubiertas.
Durante la Guerra Cristera y otros periodos de censura conservadora, el carnaval fue suspendido oficialmente, pero se celebraba en secreto.
El primer personaje quemado en la Quema del Mal Humor fue “La Muerte”, símbolo del fin de la tristeza y el inicio de la fiesta.
La frase “la alegría del pueblo” fue impulsada en los años 40 para revalorar la cultura popular mexicana frente a influencias extranjeras.
Reflexión actual: ¿fiesta o espectáculo?
Hoy, el Carnaval de Veracruz es una atracción turística y mediática de talla internacional, con grandes producciones y patrocinios. Sin embargo, muchos críticos señalan que se ha perdido parte de su esencia: ya no es una expresión popular, sino una celebración institucionalizada.
▌A pesar de esto, sigue siendo un recordatorio del espíritu festivo, subversivo y creativo del pueblo jarocho. Y aunque ha cambiado de forma, su fondo sigue hablando de identidad, cultura e historia.
Comments