
Chile vivió este martes uno de los apagones más masivos de su historia reciente. Un corte de energía que comenzó a las 15:15 hora local dejó sin luz al 99% del territorio nacional, afectando a más de ocho millones de hogares y paralizando el país por casi ocho horas. Mientras la electricidad comienza a regresar poco a poco, el impacto del evento aún resuena en la sociedad, con medidas de emergencia en vigor y un debate abierto sobre la responsabilidad del sector privado en la crisis.
Las consecuencias del apagón se sintieron de inmediato. El caos se apoderó del tráfico en la Región Metropolitana, donde vive casi la mitad de la población del país, y donde el transporte público colapsó en cuestión de minutos. Oficinas, comercios, bancos y hasta la poderosa industria minera vieron interrumpidas sus actividades. En los hospitales, los generadores de emergencia tuvieron que soportar la carga de mantener con vida a pacientes en estado crítico, mientras el país entero se sumía en la incertidumbre.
Las autoridades no tardaron en reaccionar. Se decretó el estado de emergencia y un toque de queda que, aunque en principio era estricto, comenzó a flexibilizarse conforme la electricidad volvía a algunas zonas. En Santiago, la restricción se mantendrá vigente hasta las 5:00 de la mañana del miércoles, con presencia militar en las calles para garantizar el orden. Hasta ahora, no se han reportado incidentes graves, pero sí importantes daños materiales, con electrodomésticos averiados y desperfectos en infraestructuras clave.
El presidente Gabriel Boric no tardó en señalar culpables. En una declaración pública, acusó directamente a la empresa privada ISA Chile de la falla que dejó al país a oscuras. "Lo ocurrido hoy nos indigna. No es tolerable que por responsabilidad de una o de varias empresas se afecte la vida cotidiana de millones de personas", declaró con firmeza. Al momento de su discurso, el suministro ya había sido restablecido en más de cuatro millones de hogares, menos del 50% de los afectados, pero la incertidumbre seguía presente.

A pesar del restablecimiento parcial de la energía, Boric insistió en mantener las medidas de seguridad. "Es importante que actuemos con responsabilidad porque la situación es inestable", advirtió, mientras efectivos militares y policías siguen desplegados en varias ciudades del país.
Este es el segundo gran apagón que sufre Chile en menos de seis meses. En julio de 2024, un fuerte temporal de lluvia y viento dejó a millones de personas sin electricidad, algunas por más de un mes. La repetición de estos eventos pone en duda la capacidad del país para garantizar un suministro estable y seguro.
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