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Bellas Artes se tiñe de arcoíris: comienza el Mes del Orgullo en CDMX

  • guizarnoehmi
  • 5 jun
  • 2 Min. de lectura


El Palacio de Bellas Artes, considerado uno de los recintos más representativos del país, encendió su iluminación especial con los seis colores de la bandera LGBT+ para dar inicio a las actividades de junio, mes dedicado a visibilizar a las diversidades sexuales y de género. Esta acción fue anunciada por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), organismo responsable de coordinar y difundir este tipo de intervenciones.


El encendido multicolor ocurrió la noche del 1 de junio en el centro histórico de la Ciudad de México, en el marco del Día Internacional del Orgullo. Según el INBAL, el objetivo es reforzar el compromiso institucional hacia una cultura incluyente, libre de exclusiones y que promueva el respeto hacia todas las formas de identidad.


Además de servir como apertura simbólica al Mes del Orgullo, esta iluminación se suma a las estrategias del gobierno capitalino que, desde años recientes, ha promovido expresiones públicas a favor de los derechos de la población LGBT+. Mediante intervenciones visuales en espacios clave de la ciudad, como edificios históricos, las autoridades buscan dar respaldo a sectores históricamente discriminados.


El uso de un ícono como Bellas Artes para este propósito no es fortuito. El recinto ha sido sede de presentaciones de figuras relevantes para la comunidad, como Juan Gabriel y Chavela Vargas, quienes, además de su trayectoria artística, han representado formas de expresión que desafiaron las normas sociales en sus respectivas épocas.


En redes sociales, la iluminación provocó reacciones mixtas. Mientras una parte de la población celebró el gesto, reconociendo el valor de dar visibilidad a la diversidad, también hubo críticas por parte de usuarios que argumentaron que se trataba de una imposición ideológica. Sin embargo, quienes apoyan este tipo de acciones destacaron que se trata de un acto simbólico que no atenta contra ningún grupo, sino que busca reconocer los derechos de quienes han sido históricamente marginados.


La elección de los colores tiene un trasfondo claro. La bandera del orgullo, diseñada por Gilbert Baker en 1978, contiene una gama cromática donde cada tonalidad representa un concepto específico. El rojo alude a la vida, el naranja a la sanación, el amarillo a la luz solar, el verde a la naturaleza, el azul a la armonía y el violeta al espíritu. Con el paso de los años, se han añadido nuevos matices para incluir otras identidades, como las personas trans, no binarias y racializadas, ampliando así su alcance representativo.


A través de este tipo de gestos, el Palacio de Bellas Artes no solo resalta su función como espacio cultural, sino que también refuerza su papel como punto de encuentro en donde se reflejan los valores de una sociedad plural. Las actividades continuarán durante el mes, con la expectativa de seguir generando conciencia, diálogo y participación.

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