El ferrocarril es más que un medio de transporte; es un recuerdo vivo en la memoria de aquellos que presenciaron su apogeo en nuestro país, especialmente en Veracruz. Ya sea como pasajeros en sus vagones, observando su paso sobre los rieles, o escuchando su característico silbato resonar a lo largo de diversas rutas estatales y nacionales. Veracruz, punto crucial en el desarrollo ferroviario de México, hoy ve sus estaciones y vías sumidas en el olvido, conservando solo memorias, fotografías y las obras de artistas como Carlos Rivera. Este pintor, inspirado por los paisajes que rodean Fortín, capturó en sus lienzos la grandeza de este invento histórico, utilizando los colores vivos que caracterizan la región y dejando un legado que perdurará por generaciones.
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