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Aumenta el consumo de marihuana, pero disminuye la atención médica para quienes desarrollan dependencia

  • guizarnoehmi
  • 13 jun
  • 2 Min. de lectura

 A pesar del crecimiento en la legalización y el uso recreativo del cannabis, cada vez menos personas acceden a servicios terapéuticos para tratar su dependencia, según un análisis publicado recientemente por la revista Substance Use & Misuse.


El estudio reveló que el número de pacientes atendidos por trastorno asociado al consumo de cannabis cayó del 19% en 2003 al 13% en 2019. Esta baja en la atención ocurre mientras la sustancia se distribuye con mayor potencia y frecuencia en distintos estados del país, donde su uso es legal en diferentes modalidades.


Los expertos estiman que cerca de 16 millones de individuos mayores de 12 años cumplen con los criterios clínicos de este trastorno. No obstante, la mayoría no recibe ningún tipo de ayuda profesional. Para entender por qué esto sucede, un equipo académico examinó estadísticas de la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud en tres periodos: 2003, 2011 y 2019.


Entre los motivos mencionados por quienes no buscaron ayuda, el 38% afirmó desconocer los centros de atención disponibles. Un 34% manifestó no estar dispuesto a dejar el consumo, y el 29% temía consecuencias laborales negativas. Otras razones incluyeron la percepción negativa sobre los programas (23%), limitaciones económicas o falta de cobertura médica (19%) y la creencia de poder controlar el uso sin ayuda externa (15%).


Brian Graves, profesor de trabajo social en la Universidad Atlántica de Florida y autor del estudio, señaló que el tratamiento para esta condición sigue siendo relegado frente a otros trastornos relacionados con sustancias. “Existe una necesidad urgente de generar estrategias de difusión específicas, además de eliminar barreras que impiden el acceso a servicios adecuados”, explicó en un comunicado oficial.


Los datos también indican que las personas con antecedentes penales o bajo supervisión legal tienen más posibilidades de recibir tratamiento: tres veces más si han sido arrestadas y hasta siete veces si están en libertad condicional. Además, quienes ya reciben atención en salud mental muestran una mayor disposición a participar en programas para reducir su dependencia al cannabis.


Las cifras reflejan una brecha entre el aumento del consumo y la respuesta institucional para atenderlo. En ese sentido, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han señalado varios signos de advertencia que podrían indicar la presencia de este problema, como la incapacidad de reducir la dosis, el uso en contextos peligrosos, la afectación de relaciones personales y el aumento progresivo en la cantidad requerida para alcanzar el mismo efecto.


Mientras la marihuana continúa normalizándose en la sociedad estadounidense, los especialistas hacen un llamado a mejorar la educación sobre los riesgos asociados y garantizar que existan recursos accesibles para quienes necesitan atención.

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