Un equipo de astrónomos ha hecho un descubrimiento asombroso: han encontrado el par de chorros de agujeros negros más grande conocido, con una longitud impresionante de 23 millones de años luz. Para ponerlo en perspectiva, eso equivale a alinear 140 galaxias como la nuestra, la Vía Láctea, una tras otra.
Martijn Oei, investigador postdoctoral de Caltech y autor principal de este emocionante hallazgo, explica que "la Vía Láctea sería un pequeño punto en estas dos erupciones gigantes". Apodado "Porfirión", en honor a un gigante de la mitología griega, este megaestructura se formó cuando el universo tenía aproximadamente 6,300 millones de años, lo que es menos de la mitad de su edad actual de 13,800 millones de años.
Los chorros de Porfirión emergen desde arriba y abajo de un agujero negro supermasivo en una galaxia remota, y su potencia combinada es equivalente a billones de soles. Este descubrimiento no solo es notable por su tamaño, sino que también sugiere que estos enormes chorros pudieron haber influido significativamente en la formación de galaxias en el universo temprano.
Antes de Porfirión, el sistema de chorros más grande conocido era Alcioneo, que abarcaba aproximadamente 100 Vías Lácteas. En comparación, los chorros de Centaurus A, el sistema más cercano a la Tierra, alcanzan solo 10 Vías Lácteas.
Los científicos creen que estos chorros y los agujeros negros centrales de las galaxias coevolucionan, y los chorros pueden propagar enormes cantidades de energía que afectan el crecimiento de sus galaxias anfitrionas y otras galaxias cercanas. "Este descubrimiento muestra que sus efectos pueden extenderse mucho más lejos de lo que pensábamos", afirma George Djorgovski, coautor del estudio.
Este hallazgo se produjo durante un estudio más amplio del cielo que reveló una cantidad asombrosa de megaestructuras, incluyendo más de 10,000 chorros gigantes. Los investigadores utilizaron el radiotelescopio europeo LOFAR para hacer estas impresionantes observaciones. "Normalmente, cuando obtenemos nuevas capacidades de observación, encontramos algo nuevo, pero fue emocionante ver surgir tantos de estos objetos", dice Martin Hardcastle, otro de los autores del estudio.
Porfirión se ubica a unos 7,500 millones de años luz de la Tierra y proviene de una galaxia diez veces más masiva que nuestra Vía Láctea. Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre los chorros de agujeros negros, sino que también invita a reflexionar sobre cómo estos fenómenos han podido influir en el universo desde tiempos inmemoriales. ¡El cosmos nunca deja de sorprendernos!
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