La icónica Catedral de Notre Dame en París ha resurgido tras más de cinco años de intensos trabajos de reconstrucción, revelando un interior renovado que combina técnicas medievales con tecnología moderna. Este viernes, el presidente francés Emmanuel Macron visitó el lugar, mostrando al mundo la majestuosidad restaurada de este símbolo cultural e histórico, que abrirá nuevamente sus puertas al público el próximo 8 de diciembre.
El interior, antes marcado por agujeros y escombros carbonizados debido al incendio de abril de 2019, ha sido completamente transformado. Las paredes de piedra caliza han recuperado su color crema brillante, libres de polvo y suciedad acumulados durante siglos, gracias a técnicas como capas de látex y geles de limpieza. Las vibrantes vidrieras iluminan los amplios espacios interiores, devolviendo la majestuosidad a este monumento.
En el exterior, los trabajos continúan, con andamios y grúas aún presentes, mientras se finaliza la reconstrucción de la aguja central y el techo. Para ello, se talaron cerca de 2,000 robles, utilizados por carpinteros que replicaron los métodos de sus homólogos medievales, tallando a mano las vigas que forman el intrincado entramado conocido como "el bosque".
La catedral, que atraía a millones de visitantes cada año antes de su cierre, se alista para recibir nuevamente al público, marcando un emotivo retorno de uno de los mayores símbolos de la cultura y fe en Francia. La restauración no solo devuelve su esplendor original, sino que honra el esfuerzo de artesanos y arquitectos que han trabajado incansablemente para preservar su legado.
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