La atención a las personas con VIH en Veracruz ha sido insuficiente, según denunció Patricia Ponce Jiménez, investigadora y coordinadora de estudios de género en el CIESAS-Golfo. Durante una conferencia, Ponce señaló que el estado no reconoce el VIH como un problema de salud pública, a pesar de que Veracruz sigue siendo un foco rojo en número de casos y mortalidad. Este desinterés en el abordaje de la enfermedad es preocupante, ya que coloca al estado en primer lugar nacional en mortalidad por VIH, especialmente entre mujeres y mujeres embarazadas.
Ponce explicó que la Federación destina anualmente 400 millones de pesos para medicamentos retrovirales en Veracruz; sin embargo, los recursos son insuficientes y la atención integral sigue siendo limitada. Además de los retrovirales, se carece de una dotación adecuada de condones y otros medicamentos necesarios, y el presupuesto estatal para el VIH ha sido prácticamente nulo, ya que el Congreso local no ha etiquetado recursos adicionales para el VIH en años. Esto resulta en una distribución deficiente del presupuesto, en donde, según Ponce, se asignan recursos mínimos a programas de VIH, lo cual es insuficiente para cubrir las necesidades de atención y prevención.
La investigadora también denunció la falta de capacitación en el sistema de salud, lo que agrava la discriminación y la falta de sensibilidad en la atención a personas con VIH. Comentó que el año pasado la Secretaría de Salud de Veracruz ofreció cursos sobre discriminación, lenguaje inclusivo y diversidad sexual, pero ningún trabajador del sector se inscribió. Además, Veracruz carece de campañas de educación sexual y prevención, lo que contribuye a la persistencia de actos de criminalización y discriminación hacia las personas afectadas.
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