Un reciente estudio impulsado por el Multidisciplinary Digital Publishing Institute ha puesto los reflectores en un problema que pasa desapercibido: la presencia de Cadmio (Cd), un metal altamente tóxico, en los alimentos que consumimos a diario. Los investigadores analizaron 143 productos de alta demanda en la Ciudad de México y descubrieron que más del 50% contenían concentraciones peligrosas de este elemento, que puede acumularse en el cuerpo durante décadas y desencadenar serios problemas de salud.
El Cadmio no es algo que aparezca de la nada. Es un contaminante ambiental que se origina en emisiones volcánicas y la erosión de rocas, pero su presencia ha crecido exponencialmente debido a actividades humanas como la fabricación de baterías, insecticidas y fertilizantes. Este metal llega a los alimentos a través del agua y el suelo contaminados, siendo absorbido por plantas y animales, y, finalmente, por nosotros.
De los alimentos analizados, los hongos ostra, la lechuga romana y el cacao en polvo encabezaron la lista con las concentraciones más alarmantes. Para ponerlo en perspectiva, una persona no debería consumir más de 2.5 microgramos de Cadmio por kilo de peso corporal por semana. Sin embargo, estos alimentos superan los límites recomendados: los hongos ostra contienen 0.575 microgramos por kilo, la lechuga romana 0.335 y el cacao en polvo 0.289. Otros productos con niveles medianos incluyen chiles anchos, acelgas, chocolate en polvo y barras de chocolate.
El problema no es menor. Según el estudio, el Cadmio puede provocar daños renales, hipertensión, enfermedades pulmonares, e incluso ha sido clasificado como carcinógeno humano por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer. Además, se sabe que este metal tóxico permanece en el cuerpo entre 16 y 30 años, acumulándose en órganos y tejidos. Y lo más preocupante: los niveles tienden a ser más altos en la población infantil, lo que aumenta los riesgos desde edades tempranas.
Aunque este metal también puede entrar al cuerpo a través del consumo de tabaco, los investigadores hacen un llamado urgente a prestar atención a lo que comemos. La falta de estudios sobre este problema en México subraya la importancia de esta investigación, que nos recuerda que no siempre sabemos qué tanto de lo que consumimos podría estarnos haciendo daño a largo plazo.
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