El secuestro de dos marinos veracruzanos, Arturo Zacarías Meza y Marco Gómez Jerez, ha cumplido casi un año sin resolverse, mientras sus familias y autoridades mexicanas continúan buscando su liberación. Ambos tripulaban el buque Galaxy Leader, de bandera británica, que fue capturado por rebeldes hutíes en el Mar Rojo en noviembre de 2023. El ataque se dio como una represalia en el contexto del conflicto entre Israel y Palestina, pues los hutíes, que reciben apoyo de Irán, querían enviar un mensaje de solidaridad con Palestina.
¿Qué ha sucedido desde entonces?
El Galaxy Leader fue secuestrado cuando navegaba en aguas internacionales cerca de la costa de Yemen. El grupo hutí, vinculado a milicias proiraníes, lo tomó debido a que la nave tiene conexiones con intereses israelíes. Actualmente, el barco permanece anclado en el puerto de Hodeidah, al norte de Yemen, y los marinos secuestrados, entre ellos los dos mexicanos, siguen en la misma posición desde el momento del ataque.
Familias piden ayuda y el gobierno responde
La situación ha sido angustiante para las familias de Zacarías y Gómez, quienes han mantenido contacto con el gobierno mexicano a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la Embajada de México en Arabia Saudita. Según la SRE, los marinos están en buenas condiciones de salud y fuera de peligro, pero las negociaciones avanzan lentamente debido a la complejidad del conflicto en la región.
El gobierno de México intensificó sus gestiones tras la intervención directa de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien durante una visita a Veracruz se reunió con los familiares y prometió mayor atención al caso.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, la situación se mantiene en un “impasse” sin avances significativos.
¿Qué sigue?
Los representantes de las familias, así como el gobierno, siguen pidiendo apoyo a organismos internacionales para presionar a los hutíes y negociar una pronta liberación. La comunidad marítima y las familias veracruzanas esperan que la situación se resuelva pronto, pero la incertidumbre y el hermetismo en torno al caso mantienen la esperanza en vilo.
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